LA TIENDA DEL CIELO
Me causo curiosidad y me acerqué. La puerta estaba abierta, bueno realmente se abrió poco a poco, lentamente y cuando me di cuenta ya estaba adentro.
Comencé a caminar por esta enorme y bella tienda y lo primero que compré fue Paciencia y Amor, estaban en la misma fila y mas abajo en el mismo pasillo encontré Comprensión... Pues eso se necesita muy seguido.
La Humildad estaba en la parte de arriba del estante y eché una caja en mi cesta, pues la podría utilizar después del triunfo.
Al doblar el pasillo me pare a comprar Fuerza y Coraje, para utilizarlo sin duda en la carretera de la vida.
Llegue a la caja y también me atendió un ángel y le pregunte: "¿Cuanto le debo?. El me sonrió y me contesto: "Lleva tu cesta donde quiera que vayas". De nuevo le pregunte "Si... pero, ¿cuanto le debo?. El otra vez me contesto sonriendo: "No te preocupes Jesús ya pagó tu deuda hace mucho tiempo".
NOTA: Quiero que sepas que puedo darte la dirección de esta tienda, y si vas no te arrepentirás ya que tendrás el gusto de conocer a aquel que pagó tu deuda, quien te ama y dio la vida por ti.
P.D: Léelo cada vez que necesites comprar algunos de los elementos que venden en esta tienda.
ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD
Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:
(Se ora en silencio pidiendo el favor)
A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.
Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.
Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.
Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.
Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.
Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.
Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).