sábado, 20 de junio de 2009

Meditemos con El Sagrado Corazon de Jesus


JMS Meditacion del dia 19 Sagrado Corazon


LA TIENDA DEL CIELO
Me causo curiosidad y me acerqué. La puerta estaba abierta, bueno realmente se abrió poco a poco, lentamente y cuando me di cuenta ya estaba adentro.

Vi muchos ángeles parados por todas partes, uno de ellos me entregó una cesta y me dijo: "Ten, compra con cuidado todo lo que necesites y lo que no puedas ahora te lo llevaras después, eso si solo puedes comprar para ti"
Comencé a caminar por esta enorme y bella tienda y lo primero que compré fue Paciencia y Amor, estaban en la misma fila y mas abajo en el mismo pasillo encontré Comprensión... Pues eso se necesita muy seguido.

Encontré el Triunfo, al lado de la Perseverancia y no dude en tomar dos kilos de cada una.
La Humildad estaba en la parte de arriba del estante y eché una caja en mi cesta, pues la podría utilizar después del triunfo.

También compré dos bolsas de Fe, que venía junto con la Oración. Más adelante encontré la caja de Disculpa, bellamente diseñada y eché en mi cesta dos cajas.
Al doblar el pasillo me pare a comprar Fuerza y Coraje, para utilizarlo sin duda en la carretera de la vida.

En el ultimo pasillo vi la Serenidad, el Valor y la Sabiduría. Los tres por el precio de uno y tenían estas instrucciones: "Utilizar la serenidad para aceptar las cosas que no se pueden cambiar, el valor para cambiar las que se puedan y la sabiduría para distinguir la diferencia..." ¿Cómo iba a dejar pasar esa oferta? La Paz y la Felicidad, las daban gratis con la compra de los demás artículos.
Llegue a la caja y también me atendió un ángel y le pregunte: "¿Cuanto le debo?. El me sonrió y me contesto: "Lleva tu cesta donde quiera que vayas". De nuevo le pregunte "Si... pero, ¿cuanto le debo?. El otra vez me contesto sonriendo: "No te preocupes Jesús ya pagó tu deuda hace mucho tiempo".


NOTA: Quiero que sepas que puedo darte la dirección de esta tienda, y si vas no te arrepentirás ya que tendrás el gusto de conocer a aquel que pagó tu deuda, quien te ama y dio la vida por ti.
P.D: Léelo cada vez que necesites comprar algunos de los elementos que venden en esta tienda.


ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS PARA UNA GRAVE NECESIDAD
Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:
(Se ora en silencio pidiendo el favor)

¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?
A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.
Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.
Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.
Sin embargo... dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.
Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús.
Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a
lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre.
Sacratísimo Corazón de Jesús, en Vos confío. (3 veces).