1647-1690
Vidente de las revelaciones del Sagrado Corazón de JesúsFiesta: 16 de octubre
Al analizar la vida de Santa Margarita María, podemos advertir el extraordinario paralelo con las devociones entregadas por el mismo Señor a Sor Faustina Kowalska en Polonia, en el siglo XX. La devoción es la de la Divina Misericordia, continuación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Santa Margarita María Alacoque fue sin dudas una elegida, pero fue ella la que respondió al llamado, pudiendo haberse perdido en las tentaciones del mundo. Su vida fue una sinfonía al Amor de Dios, a la obediencia, a la sencillez y particularmente a un profundo amor al Santisimo Sacramento, Jesús Eucaristía.
Finalmente, entró a formar parte de las monjas de la Visitación de Paray-le-Monial y allí llevó una vida de constante perfección espiritual. Tuvo una serie de revelaciones místicas referentes sobre todo a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, cuyo culto se esforzó desde entonces por introducir en la Iglesia.
Murió el día 17 de octubre del año 1690 y fue canonizada en 1920 por el Papa Benedicto XV. Es la patrona de los que piadosamente alaban y dan gloria al Sagrado Corazón de Jesús.
Dijo el Señor a Santa Margarita María:
"Te constituyo heredera de Mi Corazón y de todos Mis tesoros"
La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús es un inmenso regalo que Jesús le hace a Su Iglesia, es sangre que corre por las venas del Cuerpo Mistico del Señor, Sangre que lo vivifica y alimenta en el camino a la perfección en el amor, a la que Dios nos invita de modo insistente. La santidad no es una meta inalcanzable, es nuestra obligación de cristianos el buscarla desde el lugar que nos toque, de acuerdo a la Voluntad del Señor.
Oremos con frecuencia:
"Jesús Manso y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al Tuyo"
"Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío"
A partir de la primera revelación Margarita sufriría todos los primeros viernes de mes una reproducción de la misteriosa llaga del costado, cosa que le sucedería hasta su muerte. Estos eran los momentos particularmente elegidos por el Señor para manifestarle lo que quería de ella y para descubrirle los secretos de Su amable Corazón. Entre estas visitas le decía el Señor, "Busco una víctima para Mi Corazón, que quiera sacrificarse como hostia de inmolación en el cumplimiento de Mis designios”. En su gran humildad, Margarita le presentó varias almas que según ella corresponderían más fielmente, pero el Señor le respondió que era ella a quien había escogido. Esto no era sino ocasión de confusión para Margarita pues su temor era que llegasen a atribuir a ella las Gracias que del Señor recibía.