domingo, 14 de octubre de 2018

San Cayetano Pan y Trabajo



JMS

sábado, 29 de septiembre de 2018

"Yo soy el Arcángel San Miguel, y estoy siempre ante la presencia de Dios."

San Miguel Historia de la Devocion y Corona Angelica



San Miguel toma una cueva para defendernos y llamarnos a la reconciliación

Cerca del año 490, un señor de Gargano estaba buscando uno de sus más preciados toros. Cuando pensaba que estaba definitivamente perdido, lo logró ver dentro de una cueva de rodillas. Como la cueva estaba muy alta, este hombre pensó que jamás el toro lograría salir de allí, y le disparó una flecha para sacarlo de su miseria. Pero la flecha, a medio camino, dio la vuelta, dirigiéndose de nuevo hacia el hombre.
Sorprendido, el hombre fue al obispo a relatar lo que le había sucedido. El obispo instituyó tres días de oración y ayuno afuera de la cueva para discernir si lo ocurrido era o no un incidente del Cielo. Mientras oraban fuera de la cueva, San Miguel se le apareció al obispo y le dijo: "Yo soy el Arcángel San Miguel, y estoy siempre ante la presencia de Dios. Esta cueva es sagrada para mí; es de mi elección. No habrá más derramamiento de sangre de los toros. Donde las rocas se abran de par en par, los pecados de los hombres serán perdonados. Lo que se pida aquí en oración será concedido. Por lo tanto, dediquen la gruta a culto cristiano". 
Pero a pesar de esta manifestación el obispo dudaba. Más tarde, el pueblo de Gargano se veía amenazado por una invasión, y el Arcángel se le volvió a aparecer al obispo y le prometió victoria para el pueblo, si confiaban y tenían fe. Así fue. El obispo en gran angustia se veía dividido entre dudas y la petición de San Miguel de construir la Iglesia en la gruta.
Un año más tarde, el obispo se dirigió al Papa a pedir dirección. Este le envío junto con sacerdotes a estar tres días de oración y ayuno fuera de la cueva y pedir la asistencia del Arcángel para discernir la voluntad de Dios. San Miguel se le aparece de nuevo y ordenó al obispo entrar a la cueva: "No es necesario que me dediques esta Iglesia, yo mismo la he consagrado con mi presencia. Entra y bajo mi asistencia, ora y celebra el sacrificio de la Misa. Te enseñaré como yo mismo he consagrado este lugar".
Al entrar, el obispo se encontró dentro un espléndido altar revestido de mantel rojo y una cruz de cristal. En la entrada había una huella de pie, confirmando la presencia del Arcángel.

San Miguel libera de la plagaOtro incidente notorio ocurrió en el año 1656: toda el área estaba bajo el ataque de una plaga. Las víctimas eran muchas. El obispo de ese tiempo recurrió a San. Miguel y pidió tres días de oración y ayuno. San Miguel se le aparece en Sept. 25 1656: "Yo soy el Arcángel San Miguel. Quien use las piedras de esta gruta será liberado de la plaga. Bendice estas piedras, grábales el signo de la cruz y mi nombre." El obispo así lo hizo, e inmediatamente ceso la plaga.
Muchos santos han visitado este lugar San. Francisco, Beato Padre Pío, San Antonio, San Agustín.
En mayo 24, 1987 SS Juan Pablo II visitó esta cueva Rezó la oración compuesta por León XIII y dijo: "he venido a venerar e invocar la protección del Arcángel San Miguel y pedirle que defiende a la Santa Madre Iglesia... La batalla contra el demonio, por lo cual él se distingue, es real aun hoy, ya que el demonio está vivo todavía y muy activo en el mundo moderno".

Fuente: Obispado de Moron
JMS


SAN MIGUEL ARCÁNGEL  
 
"En aquel tiempo se alzará Miguel, el gran príncipe y defensor de los hijos de tu pueblo; y vendrá tiempo de angustia cual nunca ha habido desde que existen naciones hasta ese tiempo. En ese tiempo será librado tu pueblo, todo aquel que se hallare inscrito en el libro. También muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para vida eterna, otros para ignominia y vergüenza eterna. Entonces los sabios brillarán como el resplandor del firmamento, y los que condujeron a muchos a la justicia, como las estrellas por toda la eternidad. (Daniel 12, 1-3).

CORONILLA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL  
   
Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.
 
Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.

En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.  
 
En el Nombre del Padre...

Se comienza la Corona rezando, la siguiente invocación:

Dios mío, ven en mi auxilio.Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, etc.

1. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Serafines, enciende en nuestros corazones la llama de la perfecta caridad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías

2. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Querubines, dígnate darnos tu gracia para que cada día aborrezcamos más el pecado y corramos con mayor decisión por el camino de la santidad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

3. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Tronos, derrama en nuestras almas el espíritu de la verdadera humildad. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

4. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Dominaciones, danos señorío sobre nuestros sentidos de modo que no nos dejemos dominar por las malas inclinaciones. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

5. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Principados, infunde en nuestro interior el espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

6. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Potestades, dígnate proteger nuestras almas contra las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

7. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de las Virtudes, no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

8. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Arcángeles, concédenos el don de la perseverancia en la fe y buenas obras de modo que podamos llegar a la gloria del cielo. Amén.
 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.

9. Todopoderoso y eterno Dios, por la intercesión de San Miguel Arcángel y del coro celestial de los Ángeles, dígnate darnos la gracia de que nos custodien durante esta vida mortal y luego nos conduzcan al Paraíso. Amén.
1 Padre Nuestro y 3 Avemarías.
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel ...... 1 Padre Nuestro*En honor a San Gabriel...... 1 Padre Nuestro*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro*En honor a nuestro ángel de la Guarda..... 1 Padre Nuestro

Glorioso San Miguel, caudillo y príncipe de los ejércitos celestiales, fiel custodio de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, familiar de la casa de Dios, admirable guía después de Jesucristo, de sobrehumana excelencia y virtud, dígnate librar de todo mal a cuantos confiadamente recurrimos a ti y haz que mediante tu incomparable protección adelantemos todos los días en el santo servicio de Dios.

V. Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, Príncipe de la Iglesia de Jesucristo.

R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.
Oremos. Todopoderoso y Eterno Dios, que por un prodigio de tu bondad y misericordia a favor de la común salvación de los hombres, escogiste por Príncipe de tu Iglesia al gloriosísimo Arcángel San Miguel, te suplicamos nos hagas dignos de ser librados por su poderosa protección de todos nuestros enemigos de modo que en la hora de la muerte ninguno de ellos logre perturbarnos, y podamos ser por él mismo introducidos en la mansión celestial para contemplar eternamente tu augusta y divina Majestad. Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.  


ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL: San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

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