JMS Evangelio del dia 13 de Agosto
Se adelantó Pedro y le dijo: "Señor, ¿cuantas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga?¿Hasta siete veces?".
Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un Rey que quizo arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciendole: 'Señor, dame un plazo y te pagaré todo'. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo le dijo,: 'Págame lo que me debes'
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: 'Dame un plazo y te pagaré la deuda'. Pero él no quizo, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó a llamar y le dijo: '¡miserable me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debias también tu tener la misma compasión de tú compañero, como yo me compadecí de ti? E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también Mi Padre Celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fué al territorio de Judea, más allá del Jordán.
Reflexión:
Si fueramos concientes de todo lo que Dios nos ha perdonado no seríamos capaces de tener un corazón tan duro para no perdonar a nuestros hermanos. El precio de nuestro perdón es precio de sangre, hemos constado la muerte de Cristo en la Cruz y nosotros por cosas de poca importancia no somos capaces de perdonar las ofensas que nos hacen. Por eso el Señor es tan claro en este evangelio: el que no perdona no será perdonado.
Propósito: Por Amor a Dios me callaré cuando esté de mal genio y rezaré por los que me han ofendido.
Recordaré a tres personas que el 15, día de la Asunción de la Virgen Maria, es misa de precepto (no suple a la del domingo), y que pueden ir el 14 por la tarde también.
Oremos:
ORACIÓN PARA ALCANZAR LA HUMILDAD(SANTA TERESA DE LISIEUX)
Jesús, cuando eras peregrino en nuestra tierra, Tú nos dijiste: Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y vuestra alma encontrará descanso. Mi alma encuentra en Ti su descanso al ver cómo te rebajas hasta lavar los pies a tus apóstoles. Entonces me acuerdo de aquellas palabras que pronunciaste para enseñarme a practicar la humildad: Os he dada ejemplo para que lo que he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis. El discípulo no es más que su maestro... Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en práctica. Yo comprendo, Señor, estas palabras salidas de tu corazón manso y humilde, y quiero practicarlas con la ayuda de tu gracia.
Te ruego, divino Jesús, que me envíes una humillación cada vez que yo intente colocarme por encima de las demás. Yo sé bien Dios mío, que al alma orgullosa tú la humillas y que a la que se humilla le concedes una eternidad gloriosa; por eso, quiero ponerme en el último lugar y compartir tus humillaciones, para tener parte contigo en el reino de los cielos.
Pero Tú, Señor, conoces mi debilidad. Cada mañana hago el propósito de practicar la humildad, y por la noche reconozco que he vuelto a cometer muchas faltas de orgullo. Al ver esto, me tienta el desaliento, pero sé que el desaliento es también una forma de orgullo. Por eso, quiero, Dios mío, fundar mi esperanza sólo en Ti. Para alcanzar esta gracia de tu infinita misericordia, te repetiré muchas veces: ¡Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo!