JMS Este testimonio nos demuestra una vez mas la Gran Misericordia de Nuestro Señor Jesucristo!
"¿Quien no temerá habiendo gastado gastado parte de la vida en no amar a su Dios? "
"¡Oh Señor y verdadero Dios mío! Quien no os conoce, no os ama. "
"Considero yo muchas veces, Cristo mío, cuán sabrosos y cuán deleitosos se muestran vuestros ojos a quien os ama, y Vos, Bien mío, queréis mirar con amor. "
"Use siempre hacer muchos actos de amor, porque encienden y enternecen el alma. "
"La perfección verdadera es amor de Dios y del prójimo. "
Testimonio de la Dra. Gloria Polo
Fulminada por un rayo, se encuentra a la puerta del infierno cuando Jesús le da una segunda oportunidad...
Resumen de su testimonio.
La Dra. Gloria Polo y su sobrino se apresuraban bajo la lluvia compartiendo un pequeño paraguas.... De repente les cae un rayo. "Nos dejó carbonizados; mi sobrino fallece allí". A ella le destruye el cuerpo
"Me quema de forma espantosa todo mi cuerpo, por fuera y por dentro. Esto que ven aquí, este cuerpo reconstruido, es misericordia de nuestro Señor. (El rayo) me carboniza, me deja sin senos, prácticamente se me desaparece toda mi carne y mis costillas; el vientre, las piernas... sale el rayo por el pie derecho, se me carboniza el hígado, se me queman los riñones, los pulmones".
Según su testimonio, ella era una mujer dominada por la mentalidad del mundo, "Católica dietética".
Tuvo la experiencia de la muerte: terminó ese descenso por entre todos esos túneles y llego a una parte plana desesperada, esa voluntad de hierro que decía que tenía, es que a mi nada me quedaba grande, no me servía de nada.
Porque yo quería subir e igual estaba ahí, y veo como en el piso se abre una boca grandísima y siento un vacío impresionante en mi cuerpo, un abismo al fondo inenarrable, porque lo más espantoso de ese hueco era que no se sentía ni un poco del amor de Dios, ni una gota de esperanza y ese hueco tiene como unas chupas y me halan y yo grito aterrorizada....
Y en ese dolor empiezo a gritar “¿quién se equivocó?”. Miren yo tan santa. Jamás he robado yo nunca he matado, yo le daba mercados a los pobres, yo sacaba muelas gratis a los que necesitaban. ¿Yo que hago aquí? Yo iba a misa los domingos, a pesar de que me consideraba atea nunca falté, si en mi vida falté cinco veces a misa fue mucho. Yo era alma que siempre iba a misa. Y yo que hago aquí. Yo soy católica, por favor yo soy católica sáquenme de aquí. Cuando yo estoy gritando que soy católica, veo una lucecita..
Y empiezo a gritar de nuevo:” ¡por favor, miren, sáquenme de aquí, que soy católica!,” ¿pero quién se equivocó?" ¡Por favor, sáquenme de aquí! Y cuando yo estoy gritando esta segunda vez, se escucha una voz, es una voz dulce, es una voz que cuando la escucho se estremece toda mi alma, y todo se inundó de amor y de paz, y todas esas criaturas salieron despavoridas, porque ellas, no resisten el amor, ni la paz y hay paz para mi, me dice esa voz tan preciosa: “muy bien, y si tú eres católica dime los mandamientos de la ley de Dios”.
...Ni siquiera la mínima expresión de amor con tu Señor. ¿Ser agradecida?, ¡jamás! Ni siquiera abría los ojos ¡Señor, gracias por este día que me has dado, gracias por mi salud, por la vida de mis hijos, por que tengo un techo, pobrecitos los que no tienen techos, ni comida Señor....!! Nada. ¡Desagradecidísima!
Me hacen un examen de los Diez Mandamientos. Me muestran que yo decía que adoraba, que amaba a Dios. Con mis palabras...
Después de ese examen de los 10 Mandamientos, me muestran "El Libro de la Vida", hermoso, yo ya quisiera tener palabras para describirles "El Libro de la Vida", empezó desde la concepción tan pronto se unieron el par de células de mis padres de inmediato, hubo ¡zas! una chispa, una explosión hermosa y se formó una alma, ...
... Me pregunta el Señor ¿qué tesoros espirituales traes? Tesoros espirituales y mis manos iban vacías, no llevaba nada mis manos iban absolutamente desocupadas, es cuando me dice de qué te sirve decir que tenías 2 apartamentos, que tenías casas que tenías consultorios. Que te considerabas una profesional con muchísimo éxito. Te pudiste traer el polvo de un ladrillo aquí. Es cuando me dice ¿Qué hiciste con los talentos que yo te di? ¿Talentos? Tenía una misión. La misión de defender el reino del amor. El reino de Dios. Se me había olvidado que tenía alma, muchísimo menos que tenía talentos, que yo, era las manos misericordiosas de Dios.
Cuando se cierra mi Libro, ustedes se imaginan la tristeza tan grande mía. Cuán dolor fuera de eso, por haberme portado así con mi Papá Dios, porque a pesar de todos mis pecados, a pesar de toda mi inmundicia y de toda mi indiferencia y de todos mis sentimientos horribles, el Señor siempre hasta el último instante me buscó, siempre me enviaba instrumentos, personas, me hablaba, me gritaba, me quitaba cosas para buscarme, él me busco hasta el último instante.
No, levanto los ojos y me encuentro con los ojos de mi mamá. Y con mucho dolor le grito:- ¡Mami!. Que vergüenza ¡Me condené madre a donde yo voy, no te voy a volver a ver jamás. Y en ese momento a ella le concedieron una gracia muy bella. Estaba inmóvil y le permiten mover sus dos deditos hacia arriba y ella señala allí y saltan de mis ojos dos costras espantosamente dolorosas, esa ceguera espiritual. Salta allí, y veo un momento hermoso. Cuando una paciente me había dicho:- "Mire doctora. Usted es muy materialista y un día lo va a necesitar. Cuando usted esté en eminente peligro, cualquiera que sea, pídale a Jesucristo que la cubra con su sangre que él nunca, nunca la va abandonar. Porque El pagó un precio de su sangre por usted". Y con esa vergüenza tan grande y ese dolor empecé yo a gritar: - Jesucristo. Señor ten compasión de mí !perdóname, Señor dame una segunda oportunidad! Y ese fue el momento más bello, yo no tengo palabras para describir ese momento, El baja y me saca de ese hueco. Cuando El me recoge, todas esas cosas se botaron al piso. Me levanta y me saca en esa parte planita, y me dice con todo ese amor:- "Vas a volver, vas a tener tú segunda oportunidad (...), pero me dice, pero no por la oración de tu familia. Porque es normal que ellos "oren y clamen por ti, sino por toda la intercesión de todas las personas ajenas a tu carne y a tu sangre que han llorado, han orado y han elevado su corazón con muchísimo amor por ti”.
Y empiezo a ver cómo se prenden un montón de lucecitas que son como llamitas blancas llenas de amor. Y veo a las personas que están orando por mí. Pero había una llama grande, grande que era la que más luz daba. La que más amor daba. Yo miraba quién era esa persona que me amaba tanto. Y me dice el Señor: -"Esa persona que tú ves allí, es una persona que te ama tanto, tanto que ni siquiera te conoce".
el hombre bien pobrecito. Compró una panela y se la envolvieron en una hoja del "Espectador" del día anterior. Estaba ahí mi fotografía, quemada. Cuando ese hombre ve esa noticia que ni la leyó de corrido se fue para el piso y empieza a llorar con un amor tan grande, y dice:- "Padre. Señor ten compasión de mi hermanita. Señor sálvala, señor mira Señor. Si tú salvas a mi hermanita, yo te prometo que me voy al "Santuario de Buga" y te cumplo una promesa, pero sálvala".
Imagínense un hombre pobrecito, no estaba renegando ni maldiciendo por qué estaba aguantando hambre, con una capacidad de amor ofrecerse a atravesar todo un país, por alguien, que no conocía. Y me dice el Señor: "Eso es Amor al Prójimo" (...) y cuando me dice esto: vas a volver pero tú no lo vas a repetir 1000 veces. Sino 1000 veces mil. Y hay de aquellos que oyéndote no cambiaron. Porque van a ser juzgados con más severidad. Como lo vas a ser tú en tu segundo regreso. Los ungidos que son sus sacerdotes o cualquiera de ellos, porqué no hay peor sordo que el que no quiere oír, ni peor ciego que el que no quiere ver.
Y esto mis queridos hermanos no es una amenaza, el Señor no necesita amenazarnos, esta es la segunda, oportunidad que ustedes tienen y ¡gracias a Dios que viví lo que yo viví! Porque cuando les abran "El Libro de la Vida" a cada uno, cuando se mueran cada uno de ustedes, vamos a ver este momento igualito, y vamos a vernos tal cual estamos con la diferencia que vamos a ver nuestros pensamientos, y nuestros sentimientos en la presencia de Dios, y lo más hermoso es que cada quien va a ver el Señor en frente de cada uno de nosotros. Otra vez pidiéndonos que nos convirtamos, para que de verdad empecemos a ser nuevas criaturas con El, sin El no podemos.
Que el Señor los bendiga a todos grandemente. La gloria para Dios. La gloria para nuestro señor Jesucristo.
Este testimonio es Gentileza de los
Corazones traspasados de Maria