miércoles, 1 de julio de 2009

Meditacion Con Jesús Misericordioso

JMS QUERIDOS HERMANOS EN CRISTO
Estos momentos de prueba son para afianzarnos en la Fe cotidiana, se nos presenta una oprtunidad más para orar con nuestro corazon y el alma.
No teman , cómo dijo Jesús; "Yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo"
Hoy comenzaremos a meditar junto a Santa Faustina Kowalska, y La Divina Misericordia recordando nuestros encuentros en la capilla los miércoles a las tres de la tarde.






Escribe Santa Faustina en su diario pag.607:
A veces veo las redes tendidas contra mí por las almas que no deberían hacerlo. No me defiendo, sino confío más en Dios que ve mi interior y me doy cuenta de que esas almas se enredan ellas mismas.
OH Dios, que justo y bueno eres.

Jesús dice a Santa Faustina:

Escribe: "Soy santo, tres veces santo y siento aversión por el menor pecado. No puedo amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se arrepiente, entonces Mi generosidad para ella no conoce límites. Mi Misericordia la abraza y justifica.
Persigo a los pecadores con Mi MIsericordia en todos sus caminos y Mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a Mí.
Olvido las amarguras que dieron a beber a Mi Corazón y me alegro de su retorno. Dí a los pecadores que ninguno escapará de Mis Manos. Si huyen de Mi Corazón misericordioso
caerán en mis Manos justas. Dí a los pecadores que siempre los espero, escucho atentamente el latir de sus corazones (para saber) cuando latiran para Mí.
Escribe que les hablo a través de los remordimientos de conciencia, a través de los fracasos y los sufrimientos, a través de las tormentas y los rayos, hablo con la voz de la Iglesia y si frustran todas Mis Gracias, me molesto con ellos dejándoles a sí mísmos y les doy lo que desean."



Meditemos:

OH Jesús mío, únicamente Tú conoces mis esfuerzos.
OH Jesús mío Tú sabes que en todos mis deseos quiero ver siempre Tú voluntad.
Acudo a Tú Misericordia, Dios compasivo, Ya que sólo Tú eres bondad.

Aunque mi miseria es grande y mis ofensas, muchas, confío en Tú Misericordia.
Oh Dios ten piedad, sólo Tú puedes justificarme y jamás, me rechazarás, cuando yo, arrepentida, me acerque a Tú Corazón Misericordioso, del cuál nadie ha sido rechazado jamás, aunque haya sido el pecador más grande.



Amén.
Rezamos un Padre Nuestro
Un Ave Maria
Un Gloria.
Hermanos debemos arrepentirnos de corazón de nuestros pecados, porque en nuestro corazón quiere habitar Jesús, sólo Él nos conoce, Sólo Él nos perdonará y siempre nos esperará.
Vamos rápido a su encuentro!