JMS A los que esperan en ti, Señor, concédeles tu paz; cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, atiende las plegarias de tu pueblo.
Evangelio según san Juan 1, 47-51.
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: “Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.” Natanael le contesta: “¿De qué me conoces?” Jesús le responde: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.” Natanael respondió: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.” Jesús le contestó: “¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.” Y le añadió: “Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor.
Dijo Jesús: Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre. Jn 1, 51
Son los ángeles que continuamente alaban a Dios, y “toman parte, a su manera, en el gobierno de Dios sobre la creación como poderosos ejecutores de sus órdenes (Sal 102), según el plan establecido por la Divina Providencia. A los ángeles está confiado en particular un cuidado y solicitud especiales para con los hombres, en favor de los cuales presentan a Dios sus peticiones y oraciones”.
Juan Pablo II, Audiencia general 30-VII-1986La misión de los ángeles como embajadores de Dios se extiende a cada uno de los hombres, y de modo principal a quienes tienen una misión específica en orden a la salvación (por ejemplo, los sacerdotes), y a las naciones enteras. Cfr.ibídem.
Todos los días, a todas las horas, en el mundo entero, “en el corazón de la Santa Misa”, se apela a los Ángeles y a los Arcángeles para cantar la gloria de Dios.
Dios nos llama a cada uno para que, de modo voluntario, participemos en su proyecto divino de salvación. Él es siempre el que llama, el que sabe verdaderamente cuáles son los planes mejores: No me habéis elegido vosotros a Mí, sino que Yo os elegí a vosotros.Jn 15, 16.
Ocurre algo parecido a lo que hace un director de cine que busca los actores para el guión de su película. “Está sentado frente a su mesa de trabajo, sobre la cual yacen desplegadas docenas de fotografías facilitadas por los agentes cinematográficos. Al cabo de un rato, escoge una de ellas, la contempla detenidamente y dice a su secretaria: “Sí, este es el tipo de mujer que necesito. Llámela y cítela aquí mañana.
Dios se detuvo con amor, interesado, nos llamó a la vida, y luego a la entrega, al cumplimiento fiel de sus planes, donde alcanzaríamos la plenitud, la felicidad. “En efecto -señala el Papa Juan Pablo II, Dios ha pensado en nosotros desde la eternidad y nos ha amado como personas únicas e irrepetibles, llamándonos a cada uno por nuestro nombre, como el Buen Pastor que a sus ovejas las llama por su nombre (Jn 10, 3)
Pidamos hoy a los Santos Arcángeles que nos guíen para que entre las muchas decisiones que hemos de tomar en la vida sepamos buscar siempre la Voluntad de nuestro Padre Dios. Pidamos también por nuestros amigos, especialmente por los más jóvenes, para que sepan acertar en su caminar hasta el Señor; procuremos, como hizo el Arcángel Rafael, acompañarles de modo discreto y sencillo, como un buen amigo, en los momentos más difíciles: que nunca les falten nuestro consejo y la firmeza de nuestra amistad, sin olvidar que la tarea más divina es cooperar con Dios en la salvación de otras almas.
Ayudar a otros en su camino hacia el Señor es uno de los más nobles cometidos de nuestra existencia. Nosotros queremos ir derechamente hacia el Señor, y en el camino encontramos con frecuencia a otros que vacilan, que dudan o que desconocen la ruta. Dios nos da luz para otros: Vosotros sois la luz del mundo, ha dicho el Maestro a todos los que le siguen. Más luz, cuanto más cerca estemos de Él. Los cristianos, cuando nos mantenemos cerca del Señor, cuando nuestra amistad con Él es verdadera, somos “portadores de la única llama capaz de iluminar los caminos terrenos de las almas, del único fulgor, en el que nunca podrán darse oscuridades, penumbras ni sombras.
“-El Señor se sirve de nosotros como antorchas, para que esa luz ilumine... De nosotros depende que muchos no permanezcan en tinieblas, sino que anden por senderos que llevan hasta la vida eterna”. ¡Qué alegría haber sido la ocasión para que un amigo haya encontrado su vocación, o para que alguien que vacilaba se reafirme en sus pasos!
Novena a los
Santos Angeles
2 de Octubre
Meditación
Los ángeles nos acompañan en adoración. Son ministros del Señor, infinitamente bueno. Es voluntad de Dios que nos ayuden a adorarle.
Los ángeles presiden las reuniones del culto cristiano, como se ve por las oraciones de la Iglesia. La liturgia es una participación de la que celebran los ángeles en el Cielo. Unámonos a ellos con reverencia para alabar a Dios. Su ministerio consiste en inspirarnos con fe y amor a que realicemos dignamente nuestra adoración. Nos preparamos internamente para recibir los Sacramentos, pues la Iglesia los invoca en nuestra ayuda.
Los ángeles nos ayudan contra el mal. Ellos nos ayudan en la lucha contra el diablo. El Nuevo Testamento nos pide que tengamos fe en Dios, fe en Cristo, y que usemos las armas de Dios. Dios envió sus ángeles para darnos la ayuda que necesitamos contra el mal. Este es su misterio en la obra de nuestra salvación, continuando la batalla una vez comenzada contra Lucifer y sus ángeles rebeldes.
Nos inspiran pensamientos contra las insinuaciones diabólicas y nos invitan a que acudamos a Dios en oración. Solo en el Cielo conoceremos lo mucho que realmente nos han ayudado en la lucha contra el diablo.
Los ángeles anhelan nuestra salvación. Con los ángeles participamos de la vida divina, y somos como ellos criaturas de Dios en Cristo Jesús. Por eso, ellos anhelan nuestra salvación; que juntos con ellos glorifiquemos a Dios y disfrutemos viendo su gloria.
Con gozo los ángeles aceptan las misiones que Dios los encomienda para nuestra santificación. Vencedores de los demonios, los ángeles nos protegen contra los enemigos del alma. Haríamos bien pidiéndoles que nos asistan para rechazar las tentaciones del Malo.
Los ángeles, además, presentan nuestras oraciones ante Dios acompañando con sus plegarias nuestras peticiones. Nos conviene, pues, encomendarnos a ellos especialmente en los momentos difíciles y sobre todo en la hora de la muerte, para que nos defiendan de los ataques del enemigo y lleven nuestras almas al Cielo.
Tenemos Ángel de la Guarda. Hay algunos ángeles con misión de cuidar de las almas en particular. Se les llaman Angeles de la Guarda. Es doctrina tradicional de los primeros escritores de la Iglesia, basada en textos de la Sagrada Escritura y fundada sobre razones sólidas. Lo prueba el hecho de haber establecido la fiesta en honor de los Angeles de la Guarda.
El Creador no abandona las criaturas a que dio existencia; les proporciona cuanto necesiten para lograr su perfección natural. Cristo murió por todos y para todos mereció los medios de salvación. La asistencia de los ángeles es parte del plan de Dios para salvar a todas las gentes.
Los ángeles también oran por nosotros. En las vidas de los santos observamos que se comunican frecuentemente con los ángeles. Comunicación fundada en la sencilla fe de que espíritus invisibles a quienes el amor induce a orar por las personas en particular y por las comunidades ante el torno de Dios.
Los ángeles ayudan ante todo en el campo espiritual y sobrenatural. Esto lleva consigo su solicitud por las necesidades corporales en la medida en que éstas se relacionan con la salvación y santificación.
Debemos amar y venerar al propio Angel de la Guarda, por que él nos mantiene en comunicación con el Cielo. Ha sido siempre y continúa siendo nuestro devoto amigo, dispuesto en todo momento a ayudarnos en nuestro camino del Cielo.
Honrando a nuestro Angel de la Guarda, honramos a Dios al mismo tiempo, pues lo representan en la tierra. Es gran honor tener por amigo a criatura tan bella y leal a Dios.
La Palabra de Dios
He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado.
Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde, que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre. Ex 23, 20-21
Que Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos.
Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie; Sal 91, 11-12
“Guardaos de menospreciar a uno de estos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos. Mt 18, 10
Oraciones
Oración propia de la novena
Padre Celestial, Creador de cielo y tierra, te alabo y te doy gracias porque, además de crear el mundo visible, has creado los cielos y los innumerables espíritus. Los creaste con todo esplendor, dotados de poder y de entendimiento, y dándoles en abundancia las riquezas de tu gracia.
Te alabo y te doy gracias por haber derramado estas bendiciones sobre los ángeles buenos, en especial sobre mi Angel de la Guarda, y por haberles premiado con la gloria eterna cuando pasaron el tiempo de prueba. Ahora rodean tu trono para siempre jubilosos: Santo, santo, santo, ¡ Señor Dios de los ejércitos! El cielo y la tierra están llenos de tu gloria. ¡Hosanna en las alturas!
Hijo eterno de Dios, te rindo honor como al Rey de los ángeles. Tú mismo te has dignado nombrarte y actuar como ellos viviendo entre nosotros, como Angel y Mensajero de Dios. Fuiste el compañero fiel y el constante guía del pueblo escogido. Por tu encarnación viniste a ser el embajador de nuestro Padre celestial y el Mensajero del gran decreto de la Redención.
Para tu mayor gloria, amable Rey de los ángeles, deseo alabar y honrar a tus servidores, los santos ángeles, en especial a mi Angel de la Guarda. En unión de los santos ángeles te adoro y reverencio como mi Salvador y mi Dios.
Espíritu Santo, divino Artista, Dedo de la mano de Dios, con tu poder y amor creaste los ejercito de los ángeles para adorar y servir a Dios. Lo cumplen con fidelidad constante y pronta obediencia. Con amor ferviente y santo celo ejecutan tus órdenes. Divino Espíritu, Tú nos creaste también a semejanza tuya y nos convertiste en templos vivos de nuestras almas.
Te doy gracias por habernos dado tus santos ángeles, que nos ayudan, protegen y guían para que perseveremos en tu gracia durante el viaje de la vida y lleguemos salvos a nuestro hogar del Cielo. Ayúdame a escuchar atentamente sus órdenes para cumplir perfectamente tu santa voluntad y hallar al mismo tiempo felicidad en esta vida y en la venidera.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en honor de los santos ángeles te pido que, si es tu voluntad, me concedas esta gracia particular (mencione el favor que desea)
Oración a los ángeles
Angeles y Arcángeles, Tronos y Dominaciones, Principados y Poderes. Virtudes de los Cielos, Querubines y Serafines alaben al Señor por siempre.
Alaben al Señor todos sus ejércitos, siervos que cumplen su voluntad.
Santo Angel que confortaste a Jesucristo, nuestro Señor, ven y confórtanos a nosotros también. ¡Ven no tardes!
Oración a nuestro Angel de la Guarda
Querido Angel de la Guarda, por la misericordia de Dios me has sido dado para que seas fiel compañero de mi destierro en este mundo. Te honro y amo como amigo devoto a quien Dios ha encomendado el cuidado de mi alma inmortal. Te doy gracias de todo corazón por tu amor y constante cuidado de mí. Queridísimo amigo-Angel, te pido me guardes y protejas a mí, pobre pecador. Guíame por el camino de la vida. Amonéstame contra cualquier ocasión de pecado, llena mi alma de saludables pensamientos y decidido ánimo de practicar la virtud. Intercede para que yo participe de tu ardiente celo en el servicio de Dios y con devoción ame su divina voluntad. Perdóname querido ángel por haber menospreciado con tanta frecuencia tus consejos y no haber hecho caso de tus consejos y no haber hecho de tus inspiraciones. Procuraré en lo futuro obedecerte con decisión y fidelidad. Tú sabes lo que vale mi alma a los ojos de Dios. No me permitas olvidar que fue redimida por la preciosa Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Que ninguna mancha de pecado desfigure la belleza de mi alma, ningún mal pensamiento o acción me prive de la dignidad de hijo de Dios. No permitas que sirva de escándalo, ni sea ocasión de pecado para otros destruyendo así la obra que Cristo ha realizado en sus almas con su dolorosísima Pasión y Muerte.
Querido Angel Guardián, haz que yo disfrute de tu protección en este peligroso comino de la vida hasta alcanzar mi eterno hogar en el Cielo donde, en unión contigo y los demás Angeles y Santos, alabe para siempre la misericordia que Dios tiene conmigo. Amén.
Oración final
¡Oh Dios! Por tu providencia te has complacido en mandar tus santos ángeles para que nos protejan, nos defiendan siempre, nos custodien y disfrutemos de su compañía.¡Señor! Te suplicamos visites nuestro hogar y alejes todas las asechanzas del enemigo. Que tus santos ángeles habiten nuestra casa y nos custodien en paz. Tu bendición siempre nos acompañe.
¡Todopoderoso y eterno Dios! En tu amable providencia has designado a todos desde el día de su nacimiento un ángel particular para que sea Guardián de su cuerpo y alma. Concédeme amar y honrar al mío de tal modo que, protegido por sus gracias, y con su ayuda, merezca contemplarte en su compañía y la de todos los ejércitos celestiales, la gloria de tu rostro en el Reino celestial. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén