lunes, 18 de enero de 2010

Es bueno dar gracias al Señor y proclamar por la mañana su misericordia, pues sus acciones son nuestro júbilo y sus designios nuestra alegría.


JMS El justo tiene sus raíces en Dios mismo, del que recibe la savia de la gracia divina. La vida del Señor lo alimenta y lo transforma haciéndolo florido y frondoso, es decir, capaz de dar a los demás y testimoniar su fe.
Meditacion para agradecer a Dios por la salud de Delfi y todos aquellos que gracias a El hoy estan bien, porque nos ha unido la esperanza y la fe y el Espiritu Santo vive en nuestros corazones!
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo.

La solicitud constante de Jesús por la unidad de los suyos se manifestó de una manera particular en la oración de la Última Cena, que es, a la vez, como el testamento que nos deja a los discípulos: Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros... No solo ruego por ellos, sino también por los que creerán en Mí por las palabras de ellos, para que todos sean uno, como Tú, Padre, en Mí y Yo en Ti, que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que Tú me has enviado.
Salmo 91
Alabanzas al Dios Creador

Es bueno dar gracias al Señor
y tañer para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes,
sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios!
El ignorante no los entiende
ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados
y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor,
eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán,
los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo
y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos despreciarán a mis enemigos,
mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios;

en la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad.

Meditacion

La unión con Cristo es causa y condición de la unidad de los cristianos entre sí. Esta unidad es uno de los mayores bienes para toda la humanidad, pues, siendo la Iglesia una y única, aparece como signo ante las naciones para invitar a todos a creer en Jesucristo, el Salvador único de todos los hombres; Ella continúa en el mundo esa misión salvadora de Jesús.

La unidad de fe y de costumbres Aunque no están en plena comunión con la Iglesia, hay algunos que tienen la Sagrada Escritura como norma de fe y vida, manifiestan un verdadero celo apostólico, han sido bautizados y han recibido otros sacramentos. Algunos poseen el episcopado, celebran la Sagrada Eucaristía y fomentan la piedad hacia la Virgen María. Participan en cierto modo en la Comunión de los Santos y reciben su influjo, y son impulsados por el Espíritu Santo a una vida ejemplar

El deseo de unión, la oración por todos, nos lleva a ser ejemplares en la caridad. También de nosotros se ha de decir, como de los primeros cristianos: mirad cómo se aman.

La unidad es un don de Dios y por eso está estrechamente ligada a la oración y a la continua conversión del corazón, a la lucha ascética personal por ser mejores, por estar más unidos al Señor. Poco podremos hacer por la unidad de los cristianos “si no hemos logrado esta intimidad estrecha con el Señor Jesús: si realmente no estamos con Él y como Él santificados en la verdad; si no guardamos su palabra en nosotros, tratando de descubrir cada día su riqueza escondida; si el amor mismo de Dios por su Cristo no está profundamente arraigado en nosotros”

El amor a Dios nos ha de llevar a pedir, de modo particular en estos días, por esos hermanos nuestros que mantienen aún muchos vínculos con la Iglesia. Contribuiremos eficazmente a la edificación de esa unión en la medida en que nos afanemos por buscar la santidad personal en lo corriente de todos los días y aumentemos nuestro espíritu apostólico. El fiel católico ha de tener siempre un corazón grande y debe saber servir generosamente a sus hermanos los hombres –a los demás católicos y a quienes tienen la fe en Cristo sin pertenecer a la Iglesia o profesan otras religiones o ninguna y mostrarse abierto y siempre dispuesto a convivir con todos. Hemos de amar a los hombres para llevarlos a la plenitud de Cristo, y así hacerlos felices. Señor infunde en nosotros tu Espíritu de caridad y... haz que cuantos creemos en Ti vivamos unidos en un mismo amor.

Gracias Hermano/a por tus oraciones, Gracias por tu preocupacion como hermano en Cristo, Delfi se está recuperando de la operacion en su casa, junto a sus seres mas queridos. Pero, sabes, ahora tiene muchos amigos mas y tu hermano/a, que nos has ayudado con un minuto de oracion, eres su amigo/a. y estas en su corazon.

Hoy, en este rato de oración y durante el día, podemos dar gracias al Señor por tantos innumerables fieles que han vivido su fe Son también incontables, aquí en la tierra, las madres de familia que, llenas de fe, sacan adelante a su familia, con generosidad, sin pensar en ellas mismas; trabajadores de todas las profesiones que santifican su trabajo; estudiantes que realizan un apostolado eficaz y saben ir con alegría contra corriente; y tantos enfermos que ofrecen sus vidas en el hogar o en un hospital por sus hermanos en la fe, con gozo y paz...

Esta santidad radiante Aunque, esas mismas realzan la luz y los colores, la presencia santificadora del Espíritu Santo, que los sostiene limpios en medio de tantas debilidades, el licor divino de las enseñanzas del Señor, de la vida que nos ha dispensado al traernos aquí a la tierra , se ha de contener en nuestra alma, un recipiente que debe ser digno, pero que es defectible, que puede fallar. Con fe y con amor entendemos que esta tierra. Está formada por diversidad de hijos, porque la fe, logra conducir a la libertad de la gracia mediante la renovación de sus vidas”

Esta es una oracion para agradecer a Dios de parte de un amigo de la familia de Delfi, Te invito Hermano/a a que juntos rezemos unidos en El Espiritu Santo.

Amado Padre Dios:

Hoy nos unimos para agradecer tu bendición en la operación de Delfi, como nos unimos antes, para pedir por ella.

El agradecimiento, más allá de ser un deber de justicia por tu obrar, es un anhelo espontáneo del corazón, pues sentimos que nuestra Esperanza, bien anclada en tu Voluntad, no ha sido defraudada.

Jesús, hoy pronunciamos tu Nombre, para decir “Gracias Padre en el Nombre de Jesús por ésta hermosa niña, que permanece entre nosotros, junto a sus padres, familiares y amigos”.

Espíritu Santo, promesa de Jesús: “El que es llamado para estar a nuestro lado”, gracias por manifestarte en la mente, corazón y manos de los cirujanos que intervinieron a Delfi y en la colaboración de todo el equipo profesional.

María, Madre tierna, gracias pues al enseñarnos a pedir, se incrementó la Esperanza y al querer agradecer, se aumentan las defensas de la Confianza en Dios.

Santos y ángeles, tengan bajo su amorosa intersección a Delfi durante su período post-operatorio y gracias por poder hacerlo en su casa.

Gracias Señor pues somos Comunidad en el Amor por tu Niña. Amén


Aleja, Señor Jesús, de nosotros nuestro oprobio y haz que tus acciones sean siempre nuestra alegría y nuestro júbilo, las obras de tus manos; que quienes hemos sido plantados por mano apostólica en tu casa sigamos dando fruto por la fe, la esperanza y el amor en los atrios del Padre, nuestro Dios. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén.