martes, 18 de mayo de 2010

«Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba, el que crea en mí» (Jn 7,37-38).


JMS Hoy contemplamos al Dios-Amor en el Cristo crucificado y, sobre todo, en el Cristo glorioso. Quedamos saciados de la plenitud que recibimos de Dios. Gozosamente damos gracias a Dios por su inmenso amor...
Hoy se puede revivir aquella experiencia vocacional, que es posible que su luz desvele nuestro sueño y que nos haga madrugar, como Jesús resucitó la mañana de Pascua cuando los demás dormían. Nuestra misma sed es sed de Dios, como la sed de Jesús crucificado. Y es posible calmarla con el «agua viva» del Espíritu.

A pesar de las noches oscuras y de la sequedad seguimos anclados y unidos a Dios: «Mi alma está unida a Ti», «Sin Mí no podéis hacer nada». Lo recordamos como María en nuestro pensamiento y vida. Intuimos que nuestra noche sólo es la sombra que el mismo Dios proyecta sobre nuestro camino.

Renovemos la respuesta de nuestra vocación diciendo a nuestro Dios: «Tu gracia vale más que la vida». Tu encanto, tu belleza, tu amor, tu poder liberador, manifestados en el «lleno de gracia», Jesús, merece que te consagremos nuestra existencia y nos perdamos en el océano de tu mar inmenso.-- [Ángel Aparicio y José Cristo Rey García]

Fuente www.franciscanos.org

Alabar a Dios todos los dias es la felicidad de nuestra alma, es descubrir desde ahora ya que nuestro corazon y espiritu le pertenece a Dios Nuestro Creador y por lo tanto le obsequiamos nuestros dias, que le pertenece , y nos reconocemos sus hijos por medio de la albanza dia y noche, en nuestro trabajo, casa, transporte cuando no tengas en que pensar, llena tu mente con alabanzas y oracion entrega cada minuto de tu vida al Señor, y veras que todo lo que ofrezcas sera ganancia para ti y Gloria para El Señor. Así Sea.

Juntos Alabemos

Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.

De ti viene la riqueza y la gloria,
tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.

Por eso, Dios nuestro,
nosotros te damos gracias,
alabando tu nombre glorioso.

La bendición del antiguo Israel por Dios Padre cobra para nosotros la intensidad que Jesús nos manifestó al enseñarnos a llamar a Dios «Padre nuestro».

Este Domingo 23 se celebra La Solemnidad de Pentecostés para la Iglesia Catolica, prepárate junto a nosotros a recibir Esta Buena Noticia y participa de esta Fiesta Recibe con amor al Espiritu Santo que nos manda Jesus y renueva tu fe.