domingo, 11 de octubre de 2009

Quiero Ser Teatino Sé, que Dios me Llama!, conmemoracion a San Jose Maria Tomasi


JMS GIUSEPPEMARIA TOMASI, SANTO y "DOCTOR" DE LA IGLESIA "PADRE DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA LITÚRGICA" "PATRONO DE LOS LITURGISTAS"

Giuseppemaria Tomasi, nació el día 12 de septiembre de 1649 en Licata (Sicilia). En su educación la casa paterna no escatimó ningún recurso bien fuere en las ciencias humanistas del Renacimiento como en la formación cristiana. De pequeño profesaba una entrañable devoción a la Virgen Madre Dios. Era un niño feliz que prometía un futuro grande y esperanzador.

«Oh Dios, Tú hiciste que san José María Tomasi, presbítero teatino, se dedicara, con tanto cuidado y diligencia, al estudio de las ciencias sagradas y a los ministerios eclesiásticos y así hiciera de su sacerdocio ministerial un brillante testimonio; concédenos, por su intercesión, que sepamos celebrar en la tierra los servicios del Culto Divino con tanta santidad, que sus frutos sean en la eternidad nuestro perpetuo gozo.»

Escudo del Prepósito General, Muy Reverendo Padre Valentín Arteaga.


Tomasi fue un hombre santo y sabio, siguió las huellas de los doctores de la Iglesia, y a quien también se le debería atribuir este mismo título. Como buen teólogo supo unir ciencia y vida espiritual. Llegó a un profundo conocimiento de la Palabra de Dios, de la doctrina de la Iglesia y de su oración litúrgica, a través del conocimiento de las fuentes, éstas le permitieron experimentar el misticismo de las cosas divinas, acercándolo, cada vez más, a la verdad, a la sabiduría y a la santidad.

Podemos definir a San Giuseppemaria Tomasi "'inclito teatino, lleno de Dios y lleno de saber". Vezzosi - editor de las Opera omnia de Tomasi

Supo hacer de la ciencia y la investigación su camino de santidad para llegar a descubrir y encontrar a Dios por medio del estudio y la celebración litúrgica. Investigando sacramentarios y misales descubría toda una vida de la Iglesia antigua: sus celebraciones, sus oraciones, sus formularios y ritos, su misma teología, y por tanto la manera de pensar, vivir y celebrar la primitiva liturgia de la . Iglesia.

Los actos de religiosidad popular, tan extendidos siempre y en todas las épocas de la Iglesia, como devociones y oraciones paralelas a la liturgia, para Tomasi no son puramente ejercicios piadosos sino que descubre en estos actos, un espíritu de oración más personal que también ayuda al cristiano para su vida interior y espiritual.

El amor a la antigüedad le ayudó a superar las deficiencias teológicas de su época, y ha superar aquella espiritualidad fruto de la Devotio moderna de su antigua educación, para vivir de una profunda espiritualidad litúrgica, base de su vida interior y de su apostolado.

Además de sus obras científicas, Tomasi nos ha dejado un ejemplo de vida Santa, de profunda espiritualidad. Aunque humilde y austero, todas y cada una de sus palabras - era parco en palabras - expresaban y acreditaban su profunda sabiduría llena de santidad. Como religioso teatino practicó una caridad activa y un desprendimiento total. Fue un asceta exigente en cada momento de su vida y en todos y cada uno de sus campos: en la vida religiosa, en la vida de estudioso e investigador, y en su misma vida interior y espiritual, confiado y entregado siempre a la providencia y voluntad de Dios.

Como presbítero y teatino, fue un hombre de Dios y un gran estudioso, principalmente de las Sagradas Escrituras, de la Sagrada Liturgia y de los santos Padres. Su vida fue un constante trabajo de investigación y un camino de santidad.

El 23 de diciembre de 1673 fue ordenado sacerdote en la basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma, por Mons. Giacomo De Angelis. Dos días después, en la noche de navidad, cantó su primera misa en la iglesia del San Silvestre al Quirinale, actual sede de la Casa General de los padres teatinos, cuando a penas contaba con 24 años de edad.

Dedicándose también a la formación de cristianos pobres y sencillos; escribía para ellos textos sobre la oración, según la doctrina de las divinas Escrituras, sobre la manera de asistir y participar en la santa misa, sobre los salmos, etc.
con gran entusiasmo y fervor cultivó -a lo largo de toda su vida- su preparación humanística así como también su formación teológica y su espiritualidad teatina. La imagen de san Giuseppemaria Tomasi, además de ser representada con vestidos
cardenalicios, lleva en su mano un libro que nos recuerda que fue un gran amigo de los libros, que fue un lector e investigador. Los libros son la moneda con la cual compró su santidad.
Fue nombrado cardenal de la Santa Iglesia Romana por el Papa Clemente XI en el consistorio del 18 de mayo de 1712, dándole el título de Sant Silvestre i Martítti Monti.
A los pocos meses de ser nombrado cardenal enfermó de pulmonía y esta enfermedad terminó con su vida, el primero de enero de 1713; dejando en sus contemporáneos una gran fama de hombre sabio y santo. Al cabo de un año de su muerte, por toda Roma, se hablaba de su santidad y de sus milagros. El papa Inocencio XIII abrió el proceso de beatificación y el Papa Pío VII lo declaró beato el 29 de septiembre de 1803. Pío XII en el año 1948, autorizó que uno de sus brazos fuera trasladado a su tierra natal, Sicilia. Los milagros se multiplicaron y finalmente en el pontificado de su SS Juan Pablo II fue canonizado el día 12 de octubre de 1986; fijándose como día de su fiesta el 3 de enero, para la gloria de Dios y exaltación de nuestra Santa Madre Iglesia.

«Oh Dios, Tú hiciste que san José María Tomasi, presbítero teatino, se dedicara, con tanto cuidado y diligencia, al estudio de las ciencias sagradas y a los ministerios eclesiásticos y así hiciera de su sacerdocio ministerial un brillante testimonio; concédenos, por su intercesión, que sepamos celebrar en la tierra los servicios del Culto Divino con tanta santidad, que sus frutos sean en la eternidad nuestro perpetuo gozo.»

José Maria Tomasi, Se destacó tanto en las lenguas clásicas -latín y griego- como en las lenguas modernas, especialmente la lengua castellana o española, pues había de heredar el título nobiliario de «Grande de España»;
pero su gran patrimonio fue el espiritual, pues siempre fue un hombre de mucha fe, de un profundo sentido de la moral cristiana, y de una gran dedicación a la vida de oración

Con la bendición de su padre, la de su madre y hermanas, se despidió de su casa paterna el día 11 de noviembre de 1664 -fiesta de san Martín- a la edad de 15 años, para ingresar en el convento de los padres teatinos de Palermo. En Palermo inició el noviciado teatino aprendiendo a renunciar a todo por Jesucristo, a imitación del fundador san Cayetano. Allí se encontró feliz; el mundo teatino era realmente su mundo. Poco a poco fue entrando en la espiritualidad teatina acompañado del maestro de novicios que lo introdujo por el camino de los consejos evangélicos; camino que construye la estructura interna de la vida religiosa.

Devoción que san Gioseppemaria profesó a la Virgen de Montserrat. Ya su Padre, Don Giulio Tomasi era un gran devoto de la "Madonna" y su vida fue extraordinaria en la historia de la espiritualidad mariana. Además de llevar el hábito del Carmen, en el brazo izquierdo llevaba un anillo de hierro con la inscripción Mariae sum "soy de Maria". También colgaba en su cuello un rosario con la Virgen de Montserrat. Decía que de la misma manera que la luna recibe la luz del sol, así también María siempre y continuamente recibe la luz del sol de justicia, que es su hijo Jesucristo. Y de la misma manera que la luna ilumina la noche, María ilumina a los pecadores que viven en la noche del pecado. En todos los momentos de su vida se sintió íntimamente unido a Maria, conociéndola también con el nombre de Montserrat. Una vez cardenal y llegado el momento de

su muerte, pidió ser enterrado ante

Nuestra Señora de la Pureza, Patrona de los Clérigos Regulares, Nápoles (Italia).

el altar de la Virgen bizantina dell'Odigitria, en la iglesia de su título cardenalicio. En la iglesia romana de San Andrea della Valle, donde se conserva la urna con sus restos mortales hay un cuadro de la Virgen Maria, la Madonna della Purita, patrona de la Orden Teatina.

Santa María de la Puridad, la Mater Purissima de las letanías lauretanas, iglesia y casa teatina de San Pablo en Nápoles, de la cual fue proclamada Patrona, cinco años después, el 7 de septiembre de 1646.

Hace 362 años los Teatinos la proclamaron Patrona de la Orden. Hoy el Padre José Francisco Antunes, C. R., Prepósito de los Teatinos en Brasil la ha proclamado “Patrona de la sobriedad y Protectora contra las dolencias del alcoholismo y dependencia de las drogas”. Otro teatino de Brasil, el Padre José Sergio de Lima, C. R., le ha dedicado un disco de endechas y la Casa das crianças de Fartura, (S. P., Brasil). El Padre Fructuoso Ochoa de Estella, Navarra (España), le construyó una iglesia en su honor y conmemorar así los 50 años de presencia teatina en Argentina.

Así pensaba;

“Pueda José María Tomasi, sabio y humilde, del Padre Cassà, teatinizar más nuestras vidas y avanzar por las rutas del Reino de Dios.”

“... Vale más ser despreciado por el mundo que hacerse dueño de él...”

En Argentina -Carapachay- se encuentra un centro misional perteneciente al obispado de San Isidro, que lleva su Santo Nombre: San Jose Maria Tomasi, se fundó hace 24 años y Hoy 11 de Octubre se festejan su fiesta Patronal con procesión con el Santo Patrono por las calles del barrio, y entronización. Una fiesta muy emotiva con la presencia del Padre Fructuoso Ochoa Quien tan generosamente donó la imagen de San Jose Maria Tomasi con mucho amor por este santo teatino, Pidió en la celebracion que toda la comunidad carapachense atesore en su corazón el Amor por La Eucaristía y a Nuestra Madre Maria, como lo hizo en vida San Jose Maria Tomasi y aún hoy lo sigue haciendo impregnando en nuestros corazones el deseo de ayudar y contemplar a nuestra madre, a traves de la Liturgia, en cada misa y en cada hermano.

Gracias San Jose Maria Tomasi, por estar presente en nuestras vidas, te pedimos que sigas avivando el fuego del saber junto a nuestro padre Dios, para que seamos una comunidad unida y llena de paz para vivir aún mas La Pasión de nuestro Señor Jesucristo y acompañarlo junto a ti en cada misa eucaristica.

Amén.