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Yo soy la puerta de las ovejas
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos:
"Les aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guardián y as ovejas reconocen su voz, y él llama a cada una por su nombre y las conduce fuera. Cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió Jesús:
"Les aseguro que yo soy la puerta de la ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará, y podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Sal 41
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.
Como busca el venado corrientes de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.
Envíame tu luz y tu verdad, que ellas me guíen, y me lleven a tu santo monte, hasta tu morada.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.
Y me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría, y te daré gracias con el arpa, Dios, Dios mío.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo
Invoquemos a Dios nuestro Padre, que hizo de María Virgen la fuerza y defensa de la fe del pueblo cristiano.
-Por la Iglesia: para que, confiando humildemente en María, se entregue cada día al cuidado de sus hijos, que viven rodeados de tantos peligros.
-Por todos los ministros de la Iglesia: para que, sostenidos por el ejemplo de María en el calvario, puedan guiar al pueblo cristiano por los caminos del Señor.
-Por los pecadores: para que la solicitud de María madre y el ejemplo de los hermanos los encamine a la conversión.
-Por los creyentes: para que pidamos intensamente la conversión de los pecadores y expiemos con amor los pecados del mundo.
-Por los niños: para que crezcan en edad, sabiduría y gracia en un ambiente familiar en el que reinen el amor y el sentido cristiano de la vida.
Oración: Dios, Padre nuestro, que a la Madre de tu Hijo la hiciste también madre nuestra, concédenos que, perseverando en la penitencia y la plegaria por la salvación del mundo, promovamos cada día con mayor eficacia el reino de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
R/ Ruega a Dios por nosotros, Madre.
1.- Madre, ruega con nosotros por la Iglesia de Cristo, para que anuncie con fidelidad a Jesucristo Resucitado, al estilo de nuestros tiempos. Oremos.
2.- Madre, ruega por tus hijos consagrados al servicio de Cristo en Su Iglesia, para que superen sus debilidades y sean felices desde su opción de vida. Oremos.
3.- Madre, ruega a Dios por tus hijos enfermos de mente, espíritu o cuerpo. Dales consuelo y asistencia oportuna en su condición y fortaleza y sabiduría a las personas que les rodean para tratarlos con misericordia. Oremos.
4.- Madre, ruega a Dios por la fe y la pureza de nuestros niños y jóvenes. Que encuentren personas que les guíen a Jesús y que modelen sus corazones para el amor y el servicio al prójimo. Oremos.
5.- Madre, olvidamos rezar. Pensamos que el Santo Rosario es demasiada oración, aburrido e innecesario. Manifiéstatenos para que lleguemos por medio de Ti al Señor. Oremos.
6.- Madre, que ruegas por nosotros ‘ahora y en la hora de nuestra muerte’, recuerda a quienes ya no viven entre nosotros y rescátalos del Purgatorio. Oremos
.En la Solemnidad de Pentecostés la Iglesia dispone que todos los católicos pueden ganar una indulgencia plenaria, ya sea para uno mismo o para algún alma del Purgatorio, lo que significaría la entrada directa al cielo en este último caso.
¿Deseas saber cómo ayudar al alma de algún familiar o amigo? ChurchPop presenta los 5 pasos que todo católico puede seguir para lograrlo:
Firme intención de no volver a pecar, incluso venialmente.
Confesar sacramentalmente todos los pecados.
Recibir la Eucaristía.
Orar por las intenciones del Papa.
Durante la Solemnidad de Pentecostés, rezar o cantar el himno