viernes, 20 de diciembre de 2019

jueves, 12 de diciembre de 2019

Festejos Guadalupanos-1a. Parte, 11/dic/2019, 17:00 h.

martes, 10 de diciembre de 2019

sábado, 7 de diciembre de 2019

Juan Diego y la Virgen de Guadalupe

jueves, 19 de septiembre de 2019

jueves, 25 de julio de 2019

¡María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la Paz! Tú viniste a nosotros para llevarnos a Dios. Alcánzanos la gracia de no sólo decir: ¡Hágase en mí según Tu voluntad!, sino vivirla tal como Tú lo hiciste. Ponemos en Tus manos nuestras manos, a fin de que puedas conducirnos a Jesús en medio de todas las aflicciones y pesares. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén.

JMS 

Queridos hijos, Yo, vuestra Madre, vengo nuevamente entre ustedes en el amor que no tiene fin, desde el amor infinito del infinito Padre Celestial. Y como estoy mirando en sus corazones veo que muchos de ustedes me han aceptado como Madre y, con corazones puros y sinceros, desean ser mis apóstoles. Pero, también soy Madre de aquellos de ustedes que no me aceptan y que, en la dureza de sus corazones, no desean allegarse a conocer el amor de mi Hijo. Y no saben cuánto sufre mi corazón y cuánto oro a mi Hijo por ustedes. Le rezo para que sane sus almas porque Él puede hacerlo. Le pido que los ilumine con el milagro del Espíritu Santo para que puedan detenerse de constantemente traicionarlo, maldecirlo y herirlo. Con todo mi corazón oro por ustedes para que comprendan que sólo mi Hijo es la salvación y la luz del mundo. Y ustedes, hijos míos, mis queridos apóstoles, lleven siempre a mi Hijo en sus corazones y pensamientos. Así estarán llevando amor. Todos aquellos que no lo conocen lo reconocerán en vuestro amor. Estoy siempre a vuestro lado. Especialmente estoy al lado de sus pastores porque mi Hijo los llamó para conducirlos en el camino a la eternidad. Gracias, apóstoles míos, por vuestro sacrificio y amor.
Mensaje de María Reina de la Paz en Medjugorje del 2 de setiembre de 2014
Dado a través de Mirjana


Junto a este dolor manifiesto de la Santísima Madre se coloca nuestra responsabilidad de ser enviados al mundo llevando a Cristo, que es llevar el amor y la luz. La Llena de gracia, que no sufrió los dolores del parto por ser, justamente, quien recibió la plenitud de la gracia de Dios ya desde el momento en el que fue concebida -Concepcion Inmaculada de María en atención a los méritos de Cristo Jesús, de quien sería Madre- ahora se nos revela así: Madre Dolorosa. Ella es la Madre de tanto dolor, la que sufre –como lo veía el Apóstol Juan en el Apocalipsis- los dolores del parto de estos nuevos hijos que la bestia satánica quiere devorar y devora en la incredulidad y desprecio por Cristo, en las ofensas a su Santo Nombre, en el desdén por su Pasión y Muerte en la Cruz, que ofreció para salvarnos. Y la Madre apela al corazón de los hijos suyos, que la aceptan como Madre y que desean en lo más íntimo ser sus apóstoles para estos últimos tiempos anunciados. Esos hijos que tienen un corazón, purificado y sincero, atraído por el amor de la Santísima Virgen, expresión y reflejo perfecto del infinito amor de Dios. Esos hijos, los apóstoles, son los que se dejan abrasar por la llama ardiente del amor de María. Esa llama que ha de enceguecer a Satanás y ha de envolver con su fuego divino a los que están alejados y no conocen el amor de Dios.

Como la madre que corre en auxilio del hijo que está en peligro, Ella reza a su Hijo por todos, pero especialmente por quienes rechazan al Salvador y con ello la misma salvación y se pierden para siempre. La Virgen ora para que el Hijo los ilumine con el milagro, dice, del Espíritu Santo. Porque la obra de conversión es del Espíritu que inunda de luz el corazón del hombre, de la luz del amor divino y lo convierte a Dios. La conversión del duro corazón, del corazón de piedra del hombre, y más aún quizás, de la tibieza e insensiblidad, es un milagro mayor del Espíritu Santo. Un milagro moral, un milagro espiritual.

A nosotros, que deseamos consolar a nuestra Madre, nos es dirigido este mensaje donde nos dice que la consolación está en ayudarla siendo instrumentos de salvación para los que se pierden, los que se dejan tragar por las astucias y maldades de satanás, y –aunque no lo diga ahora, lo ha dicho en otras ocasiones- para también reparar tanta ofensa cometida contra Dios, contra Ella y todo lo que es santo. Quizás sea ese el motivo por el que al final agradece a sus apóstoles por el sacrificio. Sacrificio, interpretamos, de reparación y ofrenda de salvación.

La Santísima Virgen debe mostrarnos su dolor de Madre, y así como lo hace continuamente por medio de imágenes y cuadros que lloran en todo el mundo, lo hace ahora en este mensaje.

Es sobre todo en los últimos tiempos que aparecen representaciones de la Santísima Virgen que lloran, y sólo para mencionar algunos casos aprobados ahí están el cuadro de la Madonna delle Lacrime de Siracusa; la talla de la Virgen de Todos los Pueblos, de Akita; la estatuilla de la Reina de la Paz, llevada de Medjugorje a Civitavecchia, reconocida por Mons. Grillo, Obispo local y testigo de lacrimaciones; la Portaitisa icono griego ortodoxo aprobado por la Iglesia Ortodoxa y las tantísimas imágenes que en todas partes lloran lágrimas y sangre, incluso últimamente en Irak y en Siria.

No podemos ser insensibles a sus mensajes, a estas apelaciones y dejarnos distraer, como muchas veces se distraen muchos en la Iglesia, en hechos mundanos y en discursos meramente humanos. En tanto, la Madre Dolorosa nos llama a concentrarnos en la obra salvífica de Jesucristo, con el testimonio de amor y, como siempre nos repite, con la oración y el ayuno.

No es con medios humanos que se gana la batalla, no es con recursos mediáticos y diplomáticos que se detiene al voraz Enemigo. Sólo el amor del Corazón de María, como el de su Hijo, más fuerte que el mal, ha de enceguecer al Maligno Adversario. Ella con su ejército de sus apóstoles, los que acuden al llamado de estar impregnados de Cristo, en la mente y el corazón, ha de vencerlo. Sus hijos son los que están con el Señor y no abjuran de Él. Son aquellos de los que habla el libro de la Revelación cuando dice: ”Estos (se refiere a los que están con la Bestia ) harán la guerra al Cordero, pero el Cordero, como es Señor de Señores y Rey de Reyes, los vencerá en unión con los suyos, los llamados y elegidos y fieles”

(Ap 17:14).

Esos temibles guerreros del Cordero pueden ser la anciana, oculta a la luz del mundo, que a distintas horas del día desgrana su rosario en oración; el que lucha –en medio de sus ocupaciones- para hacerse espacio y tiempo para rezarle a Dios con la oración de la Virgen y mortifica su cuerpo contrariando a los impulsos de la carne; el que ayuna y hace abstinencia y lo hace por Dios; el que ha errado en su vida (y quién no?) y decide amputar una parte de sí para no ser escándalo y ofender a Dios; el niño que corta una flor para ponerla al pie de una imagen de la Virgen o del Señor; esas señoras que llevan una imagen peregrina y enseñan a otros a rezar y le dicen que Dios los ama; jóvenes que rezan el Rosario junto a madres con sus niños en el hospital. Guerreros del Cordero son, en fin, todos los apóstoles de María de cualquier condición y edad que aman y aún más desean amar, con corazón puro y sincero.

Sí, la guerra es contra Cristo y se ha desatado con mayor furor. La guerra contra Cristo no sólo la hacen esos locos asesinos, hijos de Satanás, que decapitan cristianos y no cristianos, hombres y niños, en Irak y en otros países del Oriente Medio, sino también todos los que en Occidente igual que en Oriente, en regímenes comunistas y en los que se dicen democráticos, están en guerra contra el Señor, porque lo odian, quieren hacerlo desaparecer de la vida pública y también de la privada, arremetiendo contra la Ley de Dios y todo valor cristiano.

Pese a todas las atrocidades que vemos y de las que sabemos, que nada nos agobie ni haga perder la confianza ni la paz del corazón, porque Ella, como una vez más nos lo reasegura, está con nosotros, a nuestro lado. Y lo está siempre y también junto a los buenos pastores, y a los que no lo son para que lo sean, porque nadie se conduce solo a la salvación sino siguiendo al pastor, quien, a su vez, se deja pastorear por el único Buen Supremo Pastor, Jesucristo.

P. Justo Antonio Lofeudo 





El P. Jozo y sus meditaciones sobre la Virgen de Medjugorje



¡Bendito, Alabado y Adorado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del altar!

Fuente; Mensajeros de la paz
para Meditar los mensajes de Maria Reina de la Paz, visita Virgen de Medjugorje
¡María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina de la Paz! Tú viniste a nosotros para llevarnos a Dios. Alcánzanos la gracia de no sólo decir: ¡Hágase en mí según Tu voluntad!, sino vivirla tal como Tú lo hiciste. Ponemos en Tus manos nuestras manos, a fin de que puedas conducirnos a Jesús en medio de todas las aflicciones y pesares. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén. Rezar el Credo, 7 Padrenuestros, 7 Avemarías y 7 Glorias...


domingo, 19 de mayo de 2019

La importancia del dominio propio - Fray Alejandro Ferreirós OFMConv.



JMS

De las contradicciones hemos de sacar muchos frutos

JMS



«Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Biena­venturados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que ahora padecéis hambre, porque se­réis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como maldito, por causa del Hijo del Hombre. Alegraos en aquel día y regocijaos, porque vuestra recompensa es grande en el Cielo; pues de este modo se comportaban sus padres con los profetas.

Pero ¡ay de vosotros los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! ¡Ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis! ¡Ay cuando los hombres hablen bien de vosotros, pues de este modo se comportaban sus pa­dres con los falsos profetas!» (Lucas 6, 20-26)



En su camino a la santidad, el cristiano encontrará a veces un clima de hostilidad, que el Señor no dudó en llamar con una palabra dura: persecución (J. ORLANDIS, Bienaventuranzas) 


Ésta puede presentarse de diferentes formas, en todas las épocas y lugares, y es resello de autenticidad en el seguimiento de Cristo, de que las personas y las obras van por buena senda. Las contrariedades que surjan en nuestro camino, no deben quitarnos la paz ni deben sorprendernos. Pueden presentarse como persecución abierta –la calumnia o difamación-, o solapadamente, en forma de ironía que trata de ridiculizar los valores cristianos, o la presión ambiental que pretende amedrentar a quienes se atreven a mantener una visión cristiana de la vida y les desprestigia ante la opinión pública. Entonces debemos agradecer al Señor esa confianza que ha tenido con nosotros al considerarnos capaces de padecer algo –poca cosa será- por Él.

Cuesta entender la calumnia o la persecución –abierta o solapada- en una época que se habla tanto de tolerancia, de comprensión, de convivencia y de paz. Pero son más difíciles de entender las contradicciones cuando llegan de hombres "buenos"; cuando el cristiano persigue –no importa el modo- al cristiano, y el hermano al hermano. El Señor previno a los suyos para esos momentos en los que quienes difaman, calumnian o entorpecen la labor apostólica no son paganos, ni enemigos, sino hermanos en la fe, que piensan que con ello hacen un servicio a Dios (Juan 16, 2). La contradicción de los buenos es especialmente dolorosa, y a quien Dios permite padecerla, ha de perdonar, desagraviar y a actuar con rectitud de intención, con la mirada puesta en Cristo. "Busca sólo la gloria de Dios y, amando a todos, no te preocupe que otros te entiendan" (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Forja).

 De las contradicciones hemos de sacar muchos frutos. No sólo no deben hacernos perder la paz, ni ser causa de desaliento o de pesimismo, sino que han de servirnos para enriquecer el alma, para ganar en madurez interior, en fortaleza, en caridad, en espíritu de reparación y de desagravio, en comprensión; podemos esforzarnos en nuestros deberes cotidianos; hacer un apostolado más eficaz. El Señor se valdrá de esas horas de dolor para hacer el bien a otras personas. La Virgen Nuestra Madre, que nos ayuda en todo momento, nos oirá particularmente en los más difíciles, "... pídele que te obtenga de la trinidad Beatísima más gracias..... para que cuando en la vida parezca que sopla un viento fuerte, seco, capaz de agostar esas flores del alma, no agoste las tuyas, ni la de tus hermanos" (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Forja)

lunes, 13 de mayo de 2019

Envíame tu luz y tu verdad, que ellas me guíen, y me lleven a tu santo monte, hasta tu morada. Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

JMS
Imagen del sitio San Expedito



Yo soy la puerta de las ovejas

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 1-10

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos:
"Les aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el guardián y as ovejas reconocen su voz, y él llama a cada una por su nombre y las conduce fuera. Cuando ha sacado a todas sus ovejas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz: a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños".
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió Jesús:
"Les aseguro que yo soy la puerta de la ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entra por mí, se salvará, y podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar, a matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



Sal 41
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.
Como busca el venado corrientes de agua, así, Dios mío, te busca todo mi ser. Tengo sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.
Envíame tu luz y tu verdad, que ellas me guíen, y me lleven a tu santo monte, hasta tu morada.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.

Y me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría, y te daré gracias con el arpa, Dios, Dios mío.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo



Invoquemos a Dios nuestro Padre, que hizo de María Virgen la fuerza y defensa de la fe del pueblo cristiano.

-Por la Iglesia: para que, confiando humildemente en María, se entregue cada día al cuidado de sus hijos, que viven rodeados de tantos peligros.

-Por todos los ministros de la Iglesia: para que, sostenidos por el ejemplo de María en el calvario, puedan guiar al pueblo cristiano por los caminos del Señor.

-Por los pecadores: para que la solicitud de María madre y el ejemplo de los hermanos los encamine a la conversión.

-Por los creyentes: para que pidamos intensamente la conversión de los pecadores y expiemos con amor los pecados del mundo.

-Por los niños: para que crezcan en edad, sabiduría y gracia en un ambiente familiar en el que reinen el amor y el sentido cristiano de la vida.

Oración: Dios, Padre nuestro, que a la Madre de tu Hijo la hiciste también madre nuestra, concédenos que, perseverando en la penitencia y la plegaria por la salvación del mundo, promovamos cada día con mayor eficacia el reino de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén



R/ Ruega a Dios por nosotros, Madre.



1.- Madre, ruega con nosotros por la Iglesia de Cristo, para que anuncie con fidelidad a Jesucristo Resucitado, al estilo de nuestros tiempos. Oremos.

2.- Madre, ruega por tus hijos consagrados al servicio de Cristo en Su Iglesia, para que superen sus debilidades y sean felices desde su opción de vida. Oremos.

3.- Madre, ruega a Dios por tus hijos enfermos de mente, espíritu o cuerpo. Dales consuelo y asistencia oportuna en su condición y fortaleza y sabiduría a las personas que les rodean para tratarlos con misericordia. Oremos.

4.- Madre, ruega a Dios por la fe y la pureza de nuestros niños y jóvenes. Que encuentren personas que les guíen a Jesús y que modelen sus corazones para el amor y el servicio al prójimo. Oremos.

5.- Madre, olvidamos rezar. Pensamos que el Santo Rosario es demasiada oración, aburrido e innecesario. Manifiéstatenos para que lleguemos por medio de Ti al Señor. Oremos.

6.- Madre, que ruegas por nosotros ‘ahora y en la hora de nuestra muerte’, recuerda a quienes ya no viven entre nosotros y rescátalos del Purgatorio. Oremos

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA. 

A partir del 13 de mayo de 1917, la Virgen María se estuvo apareciendo a los niños Francisco, su hermana Jacinta y su prima Lucía, en Cova de Iría, lugar de Fátima, en Portugal. Los videntes habían nacido en Ajustrel, caserío de Fátima, eran niños normales y sanos, piadosos y cercanos a la parroquia, y se dedicaban al pastoreo. A diario cuidaban de sus ovejas, jugaban y rezaban el Rosario. Ya habían tenido apariciones de un ángel, cuando aquel día se les apareció la Señora vestida de blanco sobre un carrasco; las apariciones se repitieron. Nadie daba fe a lo que decían los niños, que tuvieron que pasar un tiempo en la incomprensión y una cierta persecución. En sus mensajes, la Virgen llamaba a los fieles a la oración por los pecadores y a la conversión íntima de los corazones.-
 Oración:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoramos profundamente y te ofrecemos el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pedimos la conversión de los pecadores. Amén.

Nuestra Señora de Fatima 

Hoy pedimos por las almas del purgatorio
.En la Solemnidad de Pentecostés la Iglesia dispone que todos los católicos pueden ganar una indulgencia plenaria, ya sea para uno mismo o para algún alma del Purgatorio, lo que significaría la entrada directa al cielo en este último caso.

¿Deseas saber cómo ayudar al alma de algún familiar o amigo? ChurchPop presenta los 5 pasos que todo católico puede seguir para lograrlo:
Firme intención de no volver a pecar, incluso venialmente.
Confesar sacramentalmente todos los pecados.
Recibir la Eucaristía.
Orar por las intenciones del Papa.
Durante la Solemnidad de Pentecostés, rezar o cantar el himno

Visita Aci Prensa para conocer mas

desde aqui rezaremos todos los Lunes Hasta Pentecostes por las almas del purgatorio rezando y ofreciendo misa por ellos, por tus familiares y amigos y por aquellos que necesitan de oracion, recemos con fe y encendamos una velita bendecida por ellos.

viernes, 25 de enero de 2019

Bienvenida Maria



JMS

Nuestra Señora del Rosario de San Nicolas



JMS