lunes, 11 de abril de 2011

Quédate conmigo, Señor, porque tu eres mi luz y sin ti yo estoy en la oscuridad."Padre Pio


JMS Dios nuestro, que con el don de tu amor nos colmas de bendiciones, transfórmanos en una nueva criatura para que estemos preparados a la Pascua gloriosa de tu Reino.

Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me siga tendrá la luz de la vida. En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: "Yo soy la luz del mundo. El que me siga no caminará a oscuras, sino que tendrá la luz de la vida". Al oír esto, los fariseos le dijeron: "Estás dando testimonio de ti mismo; por tanto, tu testimonio no tiene valor". Jesús les contestó: "Aunque doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde vengo y a dónde voy. Ustedes, en cambio, no saben ni de dónde vengo ni a dónde voy. Ustedes juzgan con criterios mundanos. Yo no juzgo a nadie, pero si lo hiciera, mi juicio es válido, porque no soy yo sólo el juez, sino que también está conmigo el Padre, que me envió. En su ley está escrito que el testimonio dado por dos testigos es válido. Pues bien: un testigo a mi favor soy yo mismo; pero también da testimonio a mi favor el Padre, que me envió". Ellos le preguntaron: "¿Dónde está tu Padre?" Jesús les contestó: "Ni me conocen a mí ni conocen a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre". Jesús dijo esto cuando estaba enseñando en el templo, junto a las alcancías de las ofrendas. Sin embargo, nadie se atrevió a detenerlo, porque aún no había llegado su hora. +Evangelio según san Juan 8, 12-20 Palabra del Señor.

Meditamos el Evangelio: "Tú eres la luz;sólo Tú , Jesus, puedes iluminar mi camino con una luz que es vida. «Yo soy la luz del mundo.»
«La palabra de Dios es luz para el entendimiento, fuego para la voluntad, para que el hombre pueda conocer y amar a Dios; y para el hombre interior; el que vive por la gracia del Espíritu Santo, es pan y agua, pero un pan más dulce que la miel y el panal, un agua mejor que el vino y la leche; es para el alma un tesoro espiritual de méritos, y por esto es comparada al oro y a la piedra preciosa» San Lorenzo de Brindisi.

Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvaros.
Hijo, está firme y espera en Mí. ¿Qué son las palabras sino palabras? Vuelan por el aire, mas no mellan una piedra. Si estás culpado, determina enmendarte. Si no hallas en ti culpa, llévalo con gusto por Dios. Muy poco es el que sufras alguna vez siquiera malas palabras, ya que aún no puedes tolerar grandes golpes. Y ¿por qué tan pequeñas cosas te llegan al corazón, sino porque aún eres carnal, y miras mucho más a los hombres de lo que conviene? Porque temes ser despreciado, por esto no quieres ser reprendido de tus faltas, y buscas la sombra de las excusas. Considérate mejor, y conocerás que aún vive en ti, el amor del mundo, y el deseo vano de agradar a los hombres. Mas el que no está dentro de su corazón, ni me tiene a Mí delante de sus ojos, presto se mueve por una palabra de menosprecio; pero el que confía en Mí, y no desea su propio parecer, vivirá sin temer a los hombres. Porque Yo soy el Juez y conozco todos los secretos; Yo sé cómo pasan las cosas; Yo conozco muy bien al que hace la injuria, y también al que la sufre. De Mí sale esta palabra; permitiéndolo Yo acaece esto, para que se descubran los pensamientos de muchos corazones.
Yo soy quien escudriño los corazones y los pensamientos, y que no juzgo según el exterior y apariencia humana. Antes muchas veces se halla a mis ojos culpable el que al juicio humano parece digno de alabanza.


Oracion de Confianza del alma en Humildad a Dios:
Señor Dios, justo juez, fuerte y paciente, que conoces la flaqueza y maldad de los hombres, sé Tú mi fortaleza y toda mi confianza, pues no me basta mi conciencia. Tú sabes lo que yo no sé: por eso me debo humillar en cualquier reprensión y llevarla con mansedumbre. Perdóname también, Señor piadoso, todas las veces que no lo hice así, y dame gracia de mayor sufrimiento para otra vez. Porque mejor me está tu misericordia copiosa para alcanzar perdón, que mi presumida justificación para defender lo oculto de mi conciencia. Y aunque ella nada me acuse, no por esto me puedo tener por justo; porque quitada tu misericordia, no será justificado en tu acatamiento ningún viviente. TOMÁS DE KEMPIS

Oremos en la 5ta semana de Cuaresma camino de Humildad hacia La Pascua
Dame, Señor, la simplicidad de un niño y la conciencia de un adulto. Dame, Señor, la prudencia de un astronauta y el coraje de un salvavidas. Dame, Señor, la humildad de un barrendero y la paciencia de un enfermo. Dame, Señor, el idealismo de un joven y la sabiduría de un anciano. Dame, Señor, la disponibilidad del Buen Samaritano y la gratitud del menesteroso. Dame, Señor, todo lo que de bueno veo en mis hermanos, a quienes colmaste con tus dones. Haz, Señor, que sea imitador de tus santos, o, mejor, que sea como Tú quieres: perseverante, como el pescador, y esperanzado como el cristiano. Que aparezca en el camino de tu Hijo y en el servicio de los enfermos. Amén. Fuente Vivir La Cuaresma portal Encuentra.com
Hemos elegido esta Oracion para Nuestra Cuaresma para abandonarnos en los brazos del Señor, y empezar un nuevo camino juntos:
Oracion compuesta por el Santo Padre Pio de Pietrelcina.

Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que Yo no te pueda olvidar. Tu sabes que tan fácilmente te abandono. Quédate conmigo, Señor, porque Yo soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no caiga tan frecuentemente. Quédate conmigo, Señor, porque tu eres mi vida y sin Ti Yo estoy sin fervor. Quédate conmigo, Señor, porque tu eres mi luz y sin ti yo estoy en la oscuridad. Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu voluntad. Quédate conmigo, Señor, para que Yo pueda escuchar tu voz y seguirte. Quédate conmigo, Señor, porque Yo deseo amarte mucho y siempre estar en tu compañía. Quédate conmigo, Señor, si tu deseas que Yo sea fiel a ti. Quédate conmigo, Señor, pobre como mi alma es, Yo deseo que sea un lugar de consolación para Ti, un nido de amor. Quédate conmigo, Señor, porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte, el juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para que Yo no pare en el camino y por eso Yo te necesito. Se está haciendo tarde y la muerte se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la aridez, la cruz, los sufrimientos. O como te necesito, mi Jesús, en esta noche de exilio. Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los peligros, Yo te necesito. Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en la partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi corazón. Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, Yo quiero permanecer unido contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia y el amor.
Quédate conmigo, Señor, por que solamente eres tu a quien Yo busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque Yo te amo y te pido no otra recompensa que amarte mas y mas. Con un amor firme, Yo te amaré con todo mi corazón mientras aquí en la tierra y continuaré amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén.

Fuente: Pueblo de Maria

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