jueves, 18 de junio de 2009

SAGRADO CORAZON EN VOS CONFÍAMOS


JMS Meditación del 18 de Junio:

!Oh Sagrado Corazón, sediento de amor!


Meditación:

Jesús, Jesús...ya sobre la tierra te han elevado, no puedes sostener Tu Cabeza, de Ella Sangre gotea...de Tu Santa Boca salen hilos de Sangre. Señor, te escucho decir: "tengo sed...", pero me miras a mi, ¿Señor, tienes sed de mí?, ¿de esta pobre criatura?. Repites "tengo sed...", sí, Señor, sed de amor, sed de éste pobre amor que te niego yo...perdón Señor, ¡perdón Mi Dios!. Mi Cristo, mi amado, escúchame bien, ya que te lo digo de corazón: "Jesús en Ti confío, perdona todos mis olvidos, "Jesús en Ti confío", perdona porque te he hecho un "mendigo", un mendigo de amor, que espera a mi pobre corazón.
Padre, míralos. Mira a Tu Hijo aún mancillado, mira a Su Madre también Crucificada, cambia nuestro corazón para que siendo hijos Tuyos, te llenemos de orgullo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una Hora Santa de Adoración Eucarística.


Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.




"Te constituyo heredera de Mi Corazón y de todos Mis tesoros"

La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús es un inmenso regalo que Jesús le hace a Su Iglesia, es sangre que corre por las venas del Cuerpo Mistico del Señor, Sangre que lo vivifica y alimenta en el camino a la perfección en el amor, a la que Dios nos invita de modo insistente. La santidad no es una meta inalcanzable, es nuestra obligación de cristianos el buscarla desde el lugar que nos toque, de acuerdo a la Voluntad del Señor.

Oremos con frecuencia:
"Jesús Manso y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al Tuyo"

"Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío"


Le dijo a Santa Margarita María de Alacoque (cuyo cuerpo permanece incorrupto a pesar de los 330 años transcurridos), el 16 de junio de 1675;


“Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.”


Aprovechemos las innumerables gracias que Jesús concede a quienes desagravian su Sagrado Corazón los primeros Viernes de mes.